Había una mujer llamada Silvia, bueno el caso es que Silvia era una muchacha muy bonita con su cabello negro y largo y tenía los ojos grandes y unos bellos muy bonitos. El caso es que había gente que decía que “cuando se vista una mujer de blanco y se encuentra con un muchacho de negro y bailan huele a boda y se casan”. Así que Silvia le dijo a su abuela que le hicieran el vestido de blanco y que al primero que lo encuentre vestido de negro, a un joven, con él se casa.
En ese tiempo iba a haber un baile muy conocido de todo Los Mochis que se iba a hacer en un lugar que se llama la Pérgola (es un parque) dentro de la Pérgola hay unas escaleras muy empinadas, es un cerro que se llama “el cerro de la memoria” ahí está el parque y cerca vivía ella, y la colonia se llama Las Malvinas, cerca de la Pérgola hay un cementerio que la verdad que a mí me da miedo, nunca me gustó pasar por ahí, menos voltearla, ver que era mi temor. Ese baile lo hacían cada año y subiendo a las escaleras hay una pista que es color azul, ahí tocaban bandas y se llenaba mucho esa pista, se ponía como hormigas porque iba todo Mochis, y ella iba a ir, pero para ese entonces Silvia fue invitada a un cumpleaños de una amiga de ella para el Maviri, que está a media hora de Mochis, pero de regreso Silvia y sus amigas tuvieron un accidente. Todas estaban mal heridas, pero Silvia murió con sólo 18 años. Falleció en ese instante.
Pasaron tres años y la fiesta seguía, la mamá de Silvia siempre le hacía una misa pero ese día del baile de la Pérgola no lo hizo. Ya tarde en la noche, como a las 9 pm más o menos salió del cementerio Silvia con el vestido blanco que se iba a poner aquel día que falleció, y a unos muchachos les gustó y la siguieron, le decían piropos porque era muy bonita, blanca, delgada cabello negro y los ojos negros, muy bonita, y Silvia seguía subiendo por las escaleras anchas y pesadas.
Silvia subió como si nada y los muchachos la seguían pero se cansaban y hacían un descanso, se fumaban un cigarro mientras llegaban porque las escaleras eran muy pesadas pues está en un cerro la pista, pues claro no era hasta arriba, era como a la mitad del cerro la pista de baile. Ahí ella entró como si nada porque subió flotando y entró al baile, todos la miraban con esa sorpresa, como si nunca vieran a una muchacha tan bonita, solo ella era la atención de muchos jóvenes y nadie entendía cómo entró. Todos la invitaban a bailar pero ella se negaba, con nadie quería bailar, todos peleaban por ella y Silvia nunca quiso la invitación.
Ya un poco más tarde entra un muchacho de negro, Silvia lo vio y él también la vio, se interesó por ella así que la invitó a bailar y Silvia aceptó. Bailaron toda la noche y todos la miraban. Al muchacho le atraía bastante porque era muy hermosa y hasta se olvidó de sus amigos, y el joven le tocaba los brazos a ella y estaba muy fría. Ya que acabó la fiesta él se ofreció a llevarla a su casa y Silvia aceptó, el muchacho le preguntó si tenía frío. Silvia le dijo que sí así que le prestó su saco y la llevó a su casa en las Malvinas. Ella le dijo que pasara mañana por el saco y el joven esperó a que ella entrara a su casa.
A la mañana siguiente era domingo y la mamá de Silvia (la llamaremos doña Blanca) acostumbraba a hacer el desayuno tarde, como a las 11:00 a.m. y en eso llega el joven y doña Blanca abre la puerta. El joven pregunta por una muchacha que por cierto nunca le dijo su nombre, y entonces doña Blanca le dice que está equivocado de casa, que de seguro es la de enfrente que hay una muchacha muy bonita y él responde que él la vio entrar a su casa. La señora se molesta porque creía que se trataba de una broma, y de tanto insistir el joven, doña Blanca lo invita a pasar, él le describe cómo era, que bailó toda la noche con ella, y doña Blanca le dice:
– Joven, yo tenía una hija pero murió hace como tres años en un accidente.
El joven se sorprendió y se negaba a creerlo y la señora va en busca de una foto de su hija, se la muestra y el joven se puso muy nervioso porque era la misma mujer con que bailó toda la noche en el día del baile y no creía que estuviera muerta por que además le prestó su saco. Entonces le dice doña Blanca:
– Vamos al cementerio, en la cruz… ahí vas a encontrar el nombre de mi hija y la fecha en que murió.
Se lo lleva al cementerio y ya entrando silenciosamente los dos hasta que doña Blanca le dice al joven temeroso:
– Ahí está la tumba de mi hija.
Y el joven se pone como loco cuando ve el saco colgado en su tumba. Eso pasó tres años después de la muerte de Silvia, y por lo del joven se dice que después de que supo que bailó con Silvia muerta se volvió loco y no sabemos qué le haya pasado. Después ya nunca supieron de él, han pasado 40 años de lo sucedido y nadie sabe qué pasó con el joven. Ahora él tendría como 60 años.
Eso es la historia de Los Mochis, hay gente que todavía vive y que vieron a la joven sin saber que estaba muerta, aún todavía existe la Pérgola y el cementerio.
me parece muy interesante esta leyenda ya que nos damos cuenta que es lo que sucede en esa zona de los mochis por que mucha gente ya a padesiodo problemas
ResponderEliminarEsta leyenda me parce muy interesante ya que mucha gente han padecido problemas de sustos en esa zona de los muchis sinaloa
ResponderEliminarEsta leyenda me parce muy interesante ya que mucha gente han padecido problemas de sustos en esa zona de los muchis sinaloa
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